Antes de visitar esta recopilación de castillos y fortalezas, me parece interesante señalar que estas edificaciones o recintos amurallados, fueron esenciales para la defensa de los territorios en los que se encontraban.
Si profundizamos un poco y tratamos de analizarlos, observaremos que no hay dos castillos iguales y que podemos distinguir diferencias en los mismos, según el lugar de su asentamiento, su función o cambios de función y de estructura a lo largo del tiempo.
Las primeras construcciones consideradas como castillos aparecen en el siglo IX en la alta Edad Media, siendo su principal uso el defensivo.
El castillo medieval es una edificación propia de la arquitectura militar, realizada en piedra y de muy grandes dimensiones, que podían estar cercadas de murallas, fosos y otras obras, para defenderse de los enemigos. Solían estar ubicados en un alto o lugar estratégico, desde el cual poder controlar el territorio y los posibles ataques enemigos. Durante la Edad Media, estas edificaciones no sólo cumplían funciones militares, sino también las residencias de los señores de la nobleza, algunas de las cuales llegaron a ser auténticos palacios y residencias de reyes.